Neurodesarrollo
Los tres primeros años de vida de un niño son cruciales en su neurodesarrollo. Es el período en que se sientan las bases de todo el desarrollo posterior, y en el que ocurren procesos neurofisiológicos que configuran las conexiones y las funciones del cerebro. Es una etapa en la que la plasticidad cerebral es alta y donde las experiencias que tenga el niño afectaran la formación de las conexiones entre las neuronas creando vías neurológicas entre diferentes estímulos y respuestas.
Durante esta etapa el niño empezará a desarrollar habilidades cognitivas, motoras, emocionales y que marcarán su futuro y por ello debemos saber cómo acompañarles en este proceso.
Debemos saber que el bebé actúa como una unidad funcional, a pesar de que tendemos a priorizar ciertas habilidades. Es común priorizar las habilidades cognitivas sobre las motoras y emocionales. Incluso dentro las habilidades motoras jerarquizamos las habilidades de motricidad fina sobre la gruesa. En cambio, es importante apoyar un desarrollo global puesto que todo contribuye a formar nuestra identidad.
Aunque tenemos nociones sobre algunos hitos motores como el gateo o el inicio de la marcha, hay unas etapas muy establecidas en el ser humano por las que deberían pasar todos los bebés y por ello debemos tener unas nociones básicas sobre la relevancia de pasar por cada una de ellas y no fijarnos solo en algunas.
Cada etapa del desarrollo de un bebé cumple una función importante. En cada logro se crean más conexiones nerviosas en su cerebro y el bebé empieza a ser consciente de su propio cuerpo y de su entorno, empieza a dar respuestas voluntarias a los estímulos que recibe y va integrando los reflejos automáticos de los que se ha beneficiado un tiempo.
En la Clínica Verónica Fabado, a través de la Fisioterapia y Osteopatía infantil hacemos un seguimiento del desarrollo de cada niño desde el nacimiento asesorando a los padres, valorando a los bebés y ayudándoles a alcanzar y disfrutar de todas las etapas.